Reducimos la huella ecológica de la construcción y el uso de la vivienda, tanto en emisiones de gases como en recursos consumidos. Esto incluye materiales sostenibles, técnicas de construcción respetuosas con el medio ambiente y fuentes de energía renovables.
Por un lado, reducimos la demanda energética de la vivienda a través de diseños pasivos, como el aislamiento térmico, la orientación adecuada del edificio y el uso de fuentes de energía renovable como la solar o la eólica. Por otro lado, reducimos el consumo de agua potable y promovemos la reutilización de aguas grises, así como la recogida de aguas pluviales para usos no potables, con el objetivo de conservar este recurso esencial.
Los materiales de construcción y acabados interiores se eligen para minimizar las emisiones de productos químicos tóxicos y mejorar la calidad del aire interior, priorizando la salud de los ocupantes.
Creamos espacios que proporcionen confort térmico, acústico y visual, así como la entrada de luz natural y la ventilación adecuada para mejorar la comodidad y el bienestar de los habitantes.
Los materiales y sistemas utilizados están diseñados para durar más tiempo y resistir mejor los efectos del cambio climático, lo que hace la vivienda más sostenible a largo plazo.
Optamos por materiales reciclados y biodegradables, así como por técnicas que generen menos residuos durante el proceso constructivo, fomentando un modelo de economía circular.
Mayor ahorro energético y económico con soluciones eficientes y sostenibles.
La reducció de la demanda energètica es tradueix en factures més baixes per als residents, amb estalvis significatius a llarg termini en electricitat, gas i aigua.
Millora de la salut i el benestar de totes les persones que hi habiten.
La calidad del aire interior y el uso de materiales libres de tóxicos contribuyen a un espacio de vida más saludable, disminuyendo los riesgos de problemas respiratorios, alergias y otras afecciones relacionadas.
Impacto positivo y duradero en el medio ambiente fomentando la sostenibilidad.
Reducir la huella de carbono y el consumo de recursos ayuda a disminuir el impacto ambiental, promoviendo un modelo de construcción y vida más respetuoso con el planeta.
Revalorización del inmueble aportando más valor y atractivo al patrimonio.
Las viviendas sostenibles tienen más valor en el mercado inmobiliario, ya que los compradores están dispuestos a pagar más por casas con ventajas energéticas y ambientales.
Contribución a la lucha contra el cambio climático.
La construcción y el uso de casas sostenibles contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a frenar el cambio climático.
Reducción en los costos de mantenimiento de la vivienda.
Los materiales de construcción sostenibles suelen ser más duraderos y resistentes, reduciendo así la necesidad de reparaciones y mantenimiento frecuentes, ahorrando dinero y recursos a largo plazo.
Mayor adaptabilidad a condiciones climáticas extremas.
Estas casas están diseñadas para soportar mejor los fenómenos climáticos adversos, como inundaciones, tormentas o calor extremo, lo que hace que los residentes se sientan más seguros y preparados ante estos riesgos.
Promoción activa de la biodiversidad para el equilibrio de los ecosistemas naturales.
Los diseños sostenibles a menudo incluyen espacios verdes como jardines verticales o techos verdes que ayudan a mantener la flora y fauna local, contribuyendo a un ecosistema más diverso y equilibrado.
Mayor concienciación y responsabilidad ambiental.
Vivir en una casa sostenible fomenta una mayor conciencia sobre el uso responsable de los recursos y el respeto por el medio ambiente, promoviendo una cultura de sostenibilidad entre los residentes y la comunidad.
Facilidad de acceso a subvenciones e incentivos económicos.
Muchos gobiernos ofrecen ayudas e incentivos fiscales para la construcción de viviendas sostenibles, lo que puede reducir el costo inicial de la construcción y hacerla más accesible.
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